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Peso | 0.2 kg |
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Dimensiones | 17.5 × 11.5 × 0.5 cm |
$1,200.00
NB06 / Ojo bala poesía / Ilustrado por Antonella Andreoletti
1ª edición / febrero de 2009 / 160 págs. / 11,5 x 17,5 cm.
Que ya el primer poema de Lo no-excluyente, libro escrito en castellano, acuse al castellano de insuficiente (no existe palabra en este idioma / que exprese el concepto ‘sin sombra’) nos da la idea de que nos enfrentamos a una obra como mínimo desafiante, o tal vez insolente. Pero el gesto provocativo que aquí se emprende no es contra las palabras de un idioma sino más bien contra los discursos obsoletos que la costumbre y el ejercicio de poder instituyen sobre esas palabras, encubriendo su íntima alteridad, “su propia sombra”. Y es mediante los restos de esos relatos –que por sí solos se corroen y pudren (los discursos estereotipados de la reciente historia argentina, las frases hechas del placer, del chamuyo o de la borrachera)– que GOYENECHE (1986), en el seno de “la villa de la palabra”, elabora su estética. Reunión de escombros y residuos ineludibles que conforman el esqueleto, las vigas desnudas de una edificación derrumbada: versos de apenas una palabra, o de dos, que por su limpidez y laconismo a veces evocan, en sus mejores momentos, el arte de maestros como Juarroz o Ungaretti. Pero es esta poética del muladar, de empastuchar o cirujear la basura de otros, lo que hace de Lo no-excluyente una cartografía muy personal, casi radioactiva o tóxica. / Michel Nieva
Peso | 0.2 kg |
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Dimensiones | 17.5 × 11.5 × 0.5 cm |
1ª edición: febrero de 2009
1ª reimpresión: noviembre de 2009
2ª edición: octubre de 2010
3ª edición: julio de 2012
© textos: Sebastián Goyeneche, 2009
© ilustraciones: Antonella Andreoletti, 2009
© foto: Florencia Curci, 2009
© edición y diseño: Nulú Bonsai Editora de Arte, 2009
ISBN 978-987-24541-6-6
Ilustraciones: Antonella Andreoletti
Fotografía de tapa: Florencia Curci
Diseño de colección y maquetación: Sebastián Goyeneche
Diseño de tapa: Grau Hertt
““siglo XVIII”
por más que la anatomía
intente describir
detalladamente
la maquinaria intrínseca
a la que estamos impuestos
no es lo suficientemente
sagaz
para darse cuenta
de que si se callara
el cuerpo,
de todas formas,
seguiría
no estoy simplemente
en la calle
estoy,
en este momento,
fuera de todas las casas”